Urbes de todo el mundo están asumiendo este concepto para defenderse del fin del petróleo barato y del cambio climático.
Transformar las ciudades para que reduzcan su huella ecológica, sean más habitables y sus ciudadanos más felices, pero sobre todo, para hacer frente a los problemas que se avecinan en los próximos años, especialmente el pico del petróleo (el momento en el que la producción mundial comenzará su declive irreversible) y el cambio climático, es el objetivo principal de las «ciudades de transición», un concepto que ya se está siguiendo en diversas poblaciones de todo el mundo.
Las actuales ciudades han crecido espectacularmente en las últimas décadas gracias principalmente a un petróleo barato y al aprovechamiento exhaustivo de la naturaleza a escala mundial. Sin embargo, este modelo no es sostenible porque dichos recursos son finitos y su sobreexplotación está provocando graves impactos ambientales.
Basándose en esta premisa, el movimiento de las ciudades de transición, creado en 2005 en el Colegio para Adultos de Kinsale (Irlanda), defiende que las urbes pueden reducir su gasto energético y aumentar la producción local de recursos. De esta manera, al ser más autosuficientes, sus habitantes podrán resistir y recuperarse con más garantías de cualquier crisis energética, alimenticia o económica, como la escasez repentina de alimentos, el fuerte incremento de los precios de los bienes de primera necesidad o de los combustibles, o los efectos del calentamiento global. Además, podrán vivir de manera menos estresada y en un medio ambiente más cuidado y armónico.
Visto en: http://www.consumer.es/web/es/medio_ambiente/urbano/2009/01/12/182639.php
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